lunes, 15 de julio de 2013

La vida en el pueblo.

La verdad, que aunque trabajo casi más que cuando estoy en casa, ¡¡la vida en el pueblo es una gozada!!

 Estos días empiezan a salir los primeros frutos de la huerta, un poco tarde porque este año ha llovido mucho y no pudimos plantar tan pronto como otros. Pero aunque con más retraso, a mi me hace la misma ilusión. Cada vez que voy a trabajar en ella o a regarla y veo que ha salido el primer tomate, las lechuguitas, las fresas, etc… ¡parezco una niña con zapatos nuevos!

Los primeros frutos de nuestra huerta. Perejil, fresas, tomate raf y lechugas.

 Tener un terreno tan grande es un no parar de hacer cosas. Cuidar la huerta, cortar el césped, podar las parras y sulfatarlas, desbrozar las malas hierbas, limpiar la piscina… (y no sigo porque me estoy agotando ya) pero suelen decir que "sarna con gusto no pica" y como me gusta, pues lo disfruto. Hay tiempo también para tumbarse debajo de uno de los almendros y disfrutar de un precioso cielo azul.

Descansando debajo de nuestros almendros.

Ese tipo de momentazos que solo puedes tener en vacaciones, relajada, y sin las prisas y agobios de la ciudad. Tengo clarísimo que si tuviese un trabajo cerca, me quedaba en el pueblo. ¡¡Calidad de vida!!

Nuestra casita en La Rioja.
Espero que os haya gustado mi lugar de retiro. Un beso.